Día 31 de agosto, vivienda unifamiliar en Madrid o Barcelona y a las 3:00 horas. Ese fue el día, lugar y la hora preferido por los ladrones para reventar domicilios particulares durante el verano de 2015. Los amigos de lo ajeno también tienen en los negocios su otro filón para cebarse durante las vacaciones, principalmente en tiendas (1.032 incidencias), seguidas de los bares (807), las naves y los talleres (772), según los datos de la central receptora de alarmas (CRA) de la compañía Securitas Direct. De los avisos de alarma recibidos en toda España a lo largo del verano 2016, el 61,3% se produjeron en negocios y el 38,7% en viviendas. Respecto a éstas, los ladrones prefieren actuar los lunes y, en todo caso por la noche, tal como demuestra que dos de cada tres robos tuvieron lugar aprovechando la oscuridad. Según los expertos, actuar a las 3:00 horas minimiza el riesgo de ser descubiertos, dado que ese es el momento en el que el sueño entra en la llamada fase ‘rem’, donde es más difícil despertarse al estar dormido profundamente. Además del día 31 de agosto, cuando se perpetraron 42 delitos, los cacos aprovecharon el inicio del puente de la Virgen, el 14 de agosto para realizar sus asaltos. Las dos provincias que más asaltos registraron fueron Madrid (828) y Barcelona (726), y las que menos Teruel (4) y Palencia (2), según la CRA. Por tipo de incidencias en domicilios particulares, tras las viviendas unifamiliares los pisos tuvieron mayor número de robos (460) y los chalés adosados (324).

Nuevas técnicas

Los inhibidores bloquean el ancho de banda GSM y radio, y de esa manera inutilizan los móviles y también las alarmas, que utilizan la misma red de comunicación. Por su parte, están comenzando a utilizarse minicámaras que se colocan en la mirilla y permiten controlar los movimientos de la casa. Este sistema tiene otra variante, que consiste en desenroscar la mirilla e introducir una cámara extensible para ver qué hay en el interior de la vivienda y cómo es la cerradura. Se trata de procedimientos que ponen en práctica bandas itinerantes, que suelen buscar casas vacías. Junto a estos innovadores métodos se encuentran otros más tradicionales, como el resbalón, que consiste en abrir la cerradura con una radiografía —o utensilio similar— si no se ha cerrado la puerta con vuelta de llave; el ‘bumping’, un golpe seco con un martillo a una llave que se ha introducido previamente en la cerradura y que hace saltar la misma; o el ganzuado, que se trata de la manipulación de los sistemas internos de bloqueo del bombín mediante una ganzúa, entre otros. Rejas, puertas blindadas y alarmas son los sistemas más utilizados a la hora de proteger una vivienda o un comercio. Pero la principal prevención es la prudencia. José Ignacio Jiménez, director de Relaciones Institucionales de Securitas Direct, recomienda no ponérselo fácil al intruso, para lo que “es muy importante cerrar con vuelta de llave y, por supuesto, no dejar ventanas abiertas o la puerta mal cerrada”. Además, “conviene tener cuidado con los falsos servicios técnicos y funcionarios, especialmente si en el hogar se hallan personas mayores, que son las más vulnerables”, añade.

Consejos para su seguridad

  • Extremar la prudencia. Es recomendable ser precavidos. Estar atentos al entorno de la vivienda los días previos a marcharse de vacaciones evitará que los ladrones vigilen para descubrir hábitos y costumbres.
  • No dejar las ventanas abiertas. Es muy importante comprobar que todos los accesos de la vivienda están completamente cerrados antes de salir de viaje.
  • Revisar el estado de cerraduras. Las cerraduras de ventanas y puertas suelen deteriorarse con el tiempo. Realizar una revisión de las mismas reforzará la seguridad del hogar durante la ausencia estival. Y cerrar la puerta con vuelta de llave para evitar una intrusión por el sistema del resbalón.
  • No publicar sobre las vacaciones en redes sociales. Eso evitará dar pistas sobre desplazamientos y ausencias a los posibles ladrones.
  • Desactivar la geolocalización de dispositivos y aplicaciones móviles.
  • No dejar objetos de valor a la vista desde el exterior de la casa refuerza la seguridad de la misma ya que un artículo de alto coste visible desde fuera de la vivienda puede aumentar la tentación de los cacos.
  • Asegurar la iluminación de exteriores durante la noche. Contar con algún punto de luz externa reduce el riesgo de robo.
  • Dejar un aspecto de vivienda habitada durante la ausencia, como alguna persiana subida o pedir a un vecino que recoja el correo del buzón.
  • Desviar las llamadas al móvil. Un teléfono que no deja de sonar es sinónimo de que no hay nadie en la vivienda.
  • Y en caso de tenerlo no olvidar conectar el sistema de alarma o vídeovigilancia durante las vacaciones, o pedir a un familiar o amigo que visite la vivienda para comprobar que todo está en orden.

Fuente: lasprovincias.es

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