El Gobierno en funciones ha cerrado el grifo de la línea de ayudas del Programa Pareer-Crece, dedicado a la rehabilitación energética de, entre otros inmuebles, los edificios residenciales, al haberse superado en 37 millones y medio de euros el presupuesto inicial, establecido en 200 millones.

En cifras, el proceso de registro de nuevas solicitudes de este Plan, gestionado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), ha concluido con casi 2.100 solicitudes de ayuda presentadas, que representan 129 millones de euros en ayuda directa sin contraprestación y otros 108 en préstamos reembolsables. Sin embargo, ha muerto de éxito, porque aunque su convocatoria estaba inicialmente abierta hasta el 31 de diciembre de 2016, ha dejado varios proyectos en lista de espera.

Según el IDAE, el 80% de los solicitantes y beneficiarios han sido las comunidades de propietarios, siendo la medida más demandada, con 1.572 solicitudes (favorables o en tramitación) la mejora del aislamiento térmico de las fachadas con el fin de reducir los gastos en calefacción. Y, con todo, este organismo, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, confirma que a pesar de su buena acogida, «todavía no está decidido que el presupuesto de esta línea Pareer-Crece vaya a ampliarse».

Y es precisamente aquí donde radica el desconcierto del sector. En breve, el Ayuntamiento de Madrid publicará su plan de ayudas para el impulso de la rehabilitación, cuya previsión era que fuera compatible y complementario con el programa del IDAE en lo que a eficiencia energética se refiere. No en vano, la combinación de ambas ayudas, municipales y estatales, iba a dar lugar a que las obras, en función de la mejora de la calificación energética en una o dos letras, estuvieran subvencionadas entre el 85 y el 95% a fondo perdido.

Pero éste no es el primer revés que recibe el Consistorio para unas ayudas que todavía no han salido. Según el Proyecto de Orden de las bases reguladoras del Plan Estatal de Vivienda para la rehabilitación de edificios en la Comunidad de Madrid, que llevan un retraso de dos años y medio, y que también están a punto de ser publicadas, estas subvenciones son incompatibles con otras de cualquier otra Administración o Entidad Pública, como son las gestionadas por el Ayuntamiento madrileño.

Así las cosas, supongamos que una comunidad de 20 viviendas quiere realizar obras en su edificio, ubicado en Moratalaz, que, entre otras características, no dispone de ascensor, carece de aislamiento, tiene problemas de saneamiento y grietas, pero que tras la rehabilitación aspira a escalar una letra en su certificación energética. Maneja un presupuesto de 286.938 euros (14.347 euros por vivienda) para acometer la reforma y solicita las ayudas del Ayuntamiento de Madrid. Según el Consistorio, de haberse contemplado una combinación de sus ayudas con las del Plan de Vivienda y el Plan Pareer-Crece, la comunidad habría conseguido una subvención total aproximada de 213.346 euros, teniendo que hacer frente a un presupuesto reducido de 73.592 euros (3.680 euros por vivienda). Con sólo la subvención del Ayuntamiento la cosa cambia y los propietarios verían incrementada su derrama.

Para Apolonio Dorado, vicepresidente del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid), institución que forma parte de la Mesa de Rehabilitación del Consistorio, el agotamiento de los fondos de las líneas Pareer-Crece ralentizará el impulso de la rehabilitación. «Principalmente», opina, «afectará a las ayudas del Ayuntamiento, pues sus medidas estaban orientadas a poder compaginar en una misma actuación de rehabilitación distintas subvenciones, y una partida importante de esa coordinación y sobre la que basan gran parte de sus números, era el Pareer-Crece».

Según Dorado, «el IDAE ha comprobado de primera mano que este plan ha sido eficaz, que las comunidades de propietarios han usado estos fondos, por lo que debería ampliarse de manera continuada como ocurre con el Plan PIVE».

De la misma opinión es Salvador Díez, presidente del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (CGCAFE), para quien es imprescindible que los programas de ayudas tengan una continuidad en el tiempo. «Esto facilita que los propietarios puedan planificar sus intervenciones y aporta una mayor seguridad al ver que las ayudas se han hecho efectivas en otros edificios», argumenta. «En cambio», prosigue, «con la paralización del Programa el efecto es doblemente negativo: por un lado, no hay ningún tipo de ayuda y, por otro, se cambian las expectativas de los propietarios que estaban proyectando obras, lo que genera desconfianza en el sistema».

Fuente: elpais.es
Autor: Juanjo Bueno

 

 

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